QUIJOTADA UNAMUNIANA
La insoportable levedad del es cuando uno tiene flojos los tornillos y no logra vivir en armonía con su Ser.
Bueno, a continuación les demostraré cómo estoy seguro de lo que afirmo.
Después de mucho caminar, el nervio unamuniano llegó al cerebro con la intención de contaminarlo con crueldad satánica. Para eso tenía que matar a los guardías que guardaban la memoria-muy importante para que uno se acuerde de algo- y la membrana social que permite tener una buena conducta social.
Al cabo de dos horas, saca la manteca al guardía de la memoria. En ese exacto momento empecé a cambiar de personalidad, a volverme loco como ahora. Sin embargo, fue entonces cuando las fuerzas celestiales lideradas por Dulcinea, el ángel anunciador llegaron.
Luego, amén de una batalla cruenta llena de sudor hubo también un cierto estupor… y las dichas fuerzas lograron vencerlo y así el orden sensorial y sicológico volvió a ser lo que era.
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